Por qué no todo el mundo se beneficia de madrugar

Hay que madrugar para llegar a donde se quiere, es una actitud que hemos escuchado desde la infancia. El temprano ascenso de un representante de la sociedad civilizada promete alegría y éxito por defecto. Al que madruga, Dios le ayuda, o el que madruga es el que manda.

Sin embargo, hay muchas personas para las que madrugar es doloroso. Por mucho que se intente convencerles de las ventajas de tomar el sol antes de tiempo, sólo reaccionarán por muy buenas razones. Y quien primero pensó en dividir a la humanidad en dos categorías no sólo amaba a los pájaros, sino que definió un hecho natural: o eres A) una alondra o B) un búho. No hay un tercero.

Con las alondras está claro, para ellas madrugar no es un problema. La pregunta es si los búhos tienen que superar sus tendencias naturales para tener éxito y ser productivos.
Los beneficios de levantarse temprano
Según los que se levantan con el amanecer, los beneficios son innumerables. El cuerpo se despierta al mismo ritmo que el mundo exterior, hay una larga luz diurna por delante, hay tranquilidad por todas partes y, lo que es más importante, tienes unas horas inestimables antes del trabajo y las prisas de la familia.

Las investigaciones de los psicólogos confirman que el hábito de madrugar suele ir acompañado de autodisciplina y responsabilidad, lo que contribuye a avanzar con éxito hacia el objetivo elegido. Los que se levantan temprano tienen más facilidad para adaptarse a los horarios tradicionales de los estudiantes y las empresas y para estar activos dentro de los horarios estándar, lo que se traduce en buenas notas y, con la edad, en buenos ingresos.

Para los que les gusta dormir más tiempo, las alondras son el epítome del enfoque correcto de la vida y de la injusticia general de las actitudes sociales. No sólo se levantan temprano, sino que lo hacen todo a tiempo, su piso está en orden, sus neveras están llenas de alimentos frescos y saludables. Se acuerdan de los cumpleaños de sus familiares, llegan al gimnasio antes del trabajo y siempre tienen un cargador para su teléfono y otro en el bolso en casa.

El culto social a madrugar es una pesada carga para los noctámbulos, que desde pequeños están convencidos de que, siendo búhos, es irreal entrar en la lista de Forbes de 30 menores de 30 años. Sin embargo, los mismos psicólogos sostienen que los búhos tienen unas posibilidades de eficacia similares a las de las alondras y no tienen que luchar con un horario al revés para tener éxito.
Y por qué madrugar no es adecuado para todos
De hecho, la capacidad de estimular la productividad despertando temprano está en los genes. Un reciente estudio publicado en Nature Communications confirma científicamente que ser un búho no es un capricho ni una pereza, sino un estado natural debido a rasgos hereditarios. Al estudiar los datos de más de 700.000 participantes en un proyecto a gran escala, los científicos descubrieron tres centenares y medio de factores genéticos que pueden afectar al estado de alerta matutino o nocturno. Así, su rendimiento depende principalmente de actitudes biológicas, no sociales.

Si se estremece con el sonido del despertador y se esfuerza por salir de la cama, tratando de acostumbrarse a levantarse temprano, es probable que esté saboteando su hora natural de máxima eficiencia, además de descuidar la calidad de su sueño. Se sabe que la privación crónica del sueño tiene consecuencias negativas, como el mal humor, la falta de concentración, el aumento de peso y la ansiedad. Y su jefe, que anuncia públicamente que se levanta a las 3.45, como el CEO de Apple, Tim Cook, para estirarse y revisar los correos electrónicos, no es su ejemplo. Son sus problemas personales de los que tu cuerpo no tiene que ocuparse.

Así que, si es posible, no tiene sentido que los búhos se torturen con los madrugones. Si las rutinas de la oficina y la vida personal no dictan reglas diferentes, adapte su capacidad de trabajo a su horario individual.